
Julián Castillo
Paucará, Huancavelica
Julián y Ramón Castillo son dos extraordinarios tejedores de Paccho Molino, un pequeño pueblo de Huancavelica.
Su padre era un tejedor que a los dieciséis años aprendió con un vecino a tejer productos tradicionales del campo como puyú, capapuyú, paño de cocina y paño ligero. Gracias a su habilidad, construyó sus propios telares, y uno para cada uno de nosotros para poder ganarnos la vida.
Cuando éramos adolescentes trabajábamos en el taller de Celestino, y él nos enseñó a tejer las bufandas, chales y mantas que Allpa le pedía que hiciera. Trabajamos con él durante cinco años y aprendimos a nivelar los telares y tejer de formas distintas a las tradicionales.
Llegamos a conocer a Allpa directamente cuando nos pidieron tejer para un cliente muy grande en los Estados Unidos. Fuimos a Lima a capacitarnos en el taller experimental de Allpa y aprendimos a tejer alfombras; algo que nunca habíamos hecho antes. Nunca habíamos estado en Lima y quedamos impresionados por el calor, el ruido, los atascos.
Los pedidos de alfombras nos permitieron emplear no solo a los tejedores, sino también a nuestras esposas, quienes lavaron y prepararon los materiales del telar y confeccionaron bobinas para el proceso de tejido. Una vez terminada la alfombra, el producto vuelve a las mujeres que aplican los acabados. Nos encargamos del control de calidad y enviamos el pedido a Allpa.
Los textiles son, en última instancia, pura matemática: cuando te equivocas en un número, el propio tejido te lo dice, así que tienes que volver atrás y cambiar los números. Antes no éramos tan cuidadosos, porque nuestros clientes no nos exigían que vigiláramos pesos y medidas.
“Estamos orgullosos de nuestro trabajo y de trabajar para nuestra gente”.
Se unieron a Allpa en 2010 como un desafío para crecer y hemos visto cómo esto se ha convertido en una realidad. Ahora son dueños de un importante taller que da trabajo permanente a un gran número de miembros de sus familias. Mujeres y hombres trabajamos juntos construyendo telares, tejiendo, embelleciendo nuestros textiles y siempre interesados en crear nuevos productos para nuestros clientes. Son una prueba de lo emprendedores que pueden ser los artesanos cuando se les da la oportunidad.
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